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DIARIO DE SAN JOSÉ

Un escalón al conocimiento: Antigua Biblioteca Nacional 

Carmen Edgell
3 febrero, 2021
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Quizás el paso apresurado que llevamos al transitar por la capital, nos priva de los pequeños detalles de la historia que nos identifica como país.

Por ello, hoy haremos una pausa para conocer los pormenores de una pequeña grada ubicada en San José, que fue el acceso para que mucha gente que ingresara con dudas, saliera más educada, el escalón de ingreso a la antigua Biblioteca Nacional.

 Desde el 13 de octubre de 1888, ya se había fundado la Biblioteca Nacional, iniciada con el fondo documental de los libros donados por la Universidad de Santo Tomás, institución que cerró sus puertas en 1885.

Posteriormente, se incorporaron a la biblioteca otros documentos provenientes del archivo de rezagos, fundado en 1882, entre los que se encontraban libros, periódicos, documentos oficiales y documentos de la Oficina de Depósito y Canje de Publicaciones, creada en 1887.

La Biblioteca Nacional se situó en distintos lugares por cortos períodos. Pero, desde 1899 fue ubicada en pleno centro de la capital, en la esquina de avenida 1, calle 5, donde estuvo por más de sesenta años.

Primero la albergó una vieja casona apenas acondicionada para este fin, hasta que, en el año 1907, durante la administración de don Cleto González Víquez, se construyó un hermoso edificio, con una inversión de 70.000 colones.

Hay muchos debates referentes a la autoría del inmueble o construcción del mismo, ya que por muchos años se le atribuyó al ingeniero Nicolás Chavarría.

Según lo afirman las investigadoras, Ofelia Sanou y Florencia Quesada, en el libro: Historia de la arquitectura en Costa Rica, el diseño arquitectónico del edificio, fue realizado en Inglaterra en fecha cercana al año 1900.

Por ello, se supone que, cuando la Oficina de Obras Públicas encargó al costarricense Nicolás Chavarría la elaboración de unos planos constructivos con ese fin, Chavarría posiblemente se limitó a hacer una adaptación de aquel diseño, con la colaboración del dibujante Guillermo Gargollo.

La distribución del inmueble seguía los esquemas simétricos de la arquitectura neoclásica. Con forma de U, tenía un ala frontal que albergaba el vestíbulo y dos alas laterales que daban cabida a las amplias salas de lectura, con estanterías desde el piso al cielo en tres niveles.

A su vez, las oficinas administrativas se encontraban en la segunda planta, sobre el vestíbulo. Posteriormente, en el área donde había un patio interno, se construyó una ampliación de un solo nivel que dividió el jardín en dos.

Aunque el edificio era amplio y en una zona de alto tránsito en pleno centro capitalino, parece que ya desde la década de 1930 presentaba limitaciones para su buen funcionamiento. Además, carecería de condiciones adecuadas para alojar y conservar su acervo documental. También, la falta de mantenimiento y sus consecuencias dificultaron la atención de la creciente demanda de sus servicios.

Por otra parte, la sismicidad propia de Costa Rica, aumentó la vulnerabilidad del edificio, pues la estructura se había edificado sin una viga corona y una placa de fundación, ya que esos elementos no eran considerados en la época de su construcción.

De tal modo, para mediados del siglo XX, los problemas que aquejaban al edificio de la Biblioteca Nacional eran muchos. Por esto, las inspecciones técnicas del Ministerio de Obras Públicas concluyeron que las fallas estructurales eran un peligro para la seguridad de los funcionarios y del público que visitaba la biblioteca.

Entonces, en julio de 1969, sin pensar en restaurar la infraestructura, el Estado vendió el predio y el edificio por 1.325.000 colones, y, 2 años después, para diciembre de 1971, la empresa que había adquirido aquel invaluable hito urbano, lo demolió y convirtió el terreno en un parqueo.

Actualmente, si usted pasa por el sitio, lo único que queda es el muro perimetral que fue el pilar de la infraestructura antigua y el recuerdo de lo que fue un escalón al conocimiento que con letras entrecortadas dice “Biblioteca Nacional”.

Al día de hoy, la Biblioteca Nacional está ubicada en un nuevo edificio, entre las avenidas 3 y 3B, calles 15 y 17, al costado norte del Parque Nacional. Fue inaugurada el 15 de setiembre de 1971, en presencia del entonces presidente de la República, José Figueres Ferrer (1970-1974).

Este nuevo edificio no sólo alberga nuestro patrimonio documental, sino que actualmente, ahí se gestiona con los autores y editores, lo pertinente a la producción intelectual, bajo la tutela del Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica.

Historiadora, Valeria Ramírez Roldán

Periodista, Carmen Edgell Matus

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