En el corazón de la capital, en barrio Amón, se encuentra la llamada: “casa de Don Quijote”, una hermosa y llamativa estructura que al pasar por el sitio nos obliga a detenernos para apreciarla.
La vivienda fue adquirida en 1939, por Mario González Feo, quien fue un destacado intelectual de nuestra capital josefina, escritor, director de la Fábrica Nacional de Licores y amante del arte, pero, sobre todo, como se refleja en la fachada de su casa, estaba locamente enamorado de la obra cumbre del siglo de oro de la literatura española: “Don Quijote de la Mancha”.
El inmueble posee dos momentos constructivos. La primera etapa podría enmarcarse en la influencia victoriana de principios del siglo XX, al poseer madera en su estructura, y, la segunda etapa, es la del ladrillo de 1955.
La casa originalmente fue construida por la familia Echandi. Su dueña, Margarita Lahmann Carazo de Echandi, fue quién se la vendió a Mario González Feo, probablemente, después de que su hijo, el Dr. Carlos Manuel Echandi Lahmann, fue asesinado por Beltrán Cortés, quien también fue acusado de matar al Dr. Moreno Cañas. El Dr. Echandi vivía en la casa del lado, por la entrada del actual Hotel Don Carlos.
Aunque la casa desde sus inicios ya era de bella arquitectura, representativa de la clase alta costarricense de la época, González Feo permanentemente le dio su toque personal, incluyéndole aspectos interesantes al inmueble. Entre los que se distinguen los ladrillos redondeados, que probablemente fueron traídos de la “Ladrillera la Uruca” y resaltan también, los distintos mosaicos pintados con escenas del libro: “Don Quijote de la Mancha”, los cuales fueron especialmente creados por su sobrino, Guido Sáenz González.
En el interior, la casa tiene una amplia biblioteca. También, hay un área muy significativa a la que, su nieta, Carmen Odio, le llama “claustro materno”, pues, en ese sitio exclusivo, era donde don Mario pasaba horas, se presume que añorando a su madre, quien había fallecido en el parto tras darle la vida.
El claustro fue decorado por el reconocido pintor nacional, Paco Amighetti. Por otra parte, está la zona de la capilla, que fue decorada por Luisa González Feo de Sáenz y Flora Sáenz (madre e hija), familiares de González Feo. Además, en la zona del jardín se observan los murales que representan obras del pintor, muralista, escultor y arquitecto florentino, Giotto di Bondone, “frescos del Giotto”.

Actualmente esta bella casa está declarada como patrimonio arquitectónico, les pertenece a las nietas de don Mario González Feo y en el sitio vive la nieta y escritora Carmen Odio, autora de los libros: “Relatos de familia” y “El portón abierto”.

Agradecemos a Carmen Odio González, por su aporte a la historia y a la cultura de la ciudad capital.
Historiadora, Valeria Ramírez Roldán, Departamento de Cultura
Periodista, Carmen Edgell Matus, Comunicación Institucional