Esta mañana barrio México celebró 99 años de su fundación en el Centro Cultural Botica Solera. En la actividad se homenajeó a dos distinguidos y longevos ciudadanos del distrito Merced.
Una de ellas fue la señora María Eugenia Vargas Solera, quien nació el 13 de junio de 1922 y vivió frente al costado sur de la Escuela República de Argentina.
El otro homenajeado fue el señor Salvador Ramírez Ramírez, nacido el 13 de abril de 1922, sin embargo, dada su condición de salud no pudo presentarse al evento, por lo que en su representación acudieron su hijo, Eduardo Ramírez, quien recibió el reconocimiento y Gustavo Ramírez, nieto de don Salvador.
“Barrio México fue y ha sido un barrio dinámico, trabajador y creativo, siendo cuna de grandes personalidades de nuestro campo cultural, deportivo, intelectual y político. Impactando de manera positiva el distrito Merced y el centro de nuestra ciudad capital”, dijo Tatiana Chaves, jefa del Departamento de Cultura de la Municipalidad de San José.
Además, Chaves agregó que, con la conmemoración de este barrio se reafirma el compromiso y los lazos para seguir trabajando en el fortalecimiento estratégico y colaborativo que mejora las condiciones de vida sus habitantes y construye una ciudad cada vez más de destino y no solo un camino.
Una pincelada de la historia de barrio México:
La historia cuenta que, dado a la destrucción causada por el llamado terremoto de Cartago, en el año 1910, se dio una migración masiva de personas de esa localidad, hacia la ciudad de San José.
Esta situación generó que muchas familias migrantes de perfil obrero se asentaran en lugares cercanos al centro, pues era un sitio accesible económicamente y así, no solo empezaron a poblar el lugar llamado en ese entonces Rincón de Cubillo, sino también, vinieron a sumar fuerza de trabajo para el desarrollo de la capital.
Más tarde, el 23 de noviembre de 1923, la Junta Progresista de Vecinos bautizó formalmente el sitio con el nombre de Barrio México, en homenaje a la ascendencia mexicana del Gobernador de la provincia José Luján Mata.
Sin embargo, vecinos de la zona aclaran que, la inauguración de Barrio México, como barrio, ya se había realizado tiempo atrás y de hecho, se dice que ya existía estructurada una asociación de vecinos de Barrio México.
En la fotografía, el entonces presidente de la República, Julio Acosta García, en la ceremonia de inauguración de Barrio México, realizada el 21 de octubre de 1923.
Fotografía recopilada del periódico Diario de Comercio que fue publicado el 24 de octubre de 1923.
Semblanza
Señora María Eugenia Vargas Solera
“Curiosamente primero fui abogada y luego ciudadana”
La señora María Eugenia Vargas Solera, nació el 13 de junio de 1922 en el Distrito Merced, San José. Vivió frente al costado sur de la Escuela República de Argentina, sitio donde realizó sus estudios primarios. La secundaria la cursó en el Colegio Superior de Señoritas graduándose de Bachiller en Ciencias y Letras. Posteriormente, sus estudios superiores los realizó en la Universidad de Costa Rica, donde se graduó de Licenciada en Derecho en 1948 y al año siguiente de Notaria Pública.
Desarrolló su profesión en un gremio mayoritariamente masculino, donde sobresalía la figura femenina de doña Ángela Acuña Braun. Fue pionera e inspiración para muchas jóvenes de la Costa Rica de la época en la que la mujer aún no podía ejercer el voto, en una ocasión dijo. “curiosamente primero fui abogada y luego ciudadana”.
El 1° de junio de 1956 fue investida Jueza Tutelar de Menores de San José, convirtiéndose en la primera jueza en el país. Participó en la redacción del proyecto de ley Jurisdicción Tutelar de Menores, el Código de Familia, el Código Penal y el de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad.
Por su profesionalismo, integridad y ética le han conferido varios homenajes y reconocimientos. En el año 1990 recibió el homenaje de la Comisión Interamericana de Mujeres. En 1994 recibió en Oklahoma, Estados Unidos de América, el reconocimiento a la “Mejor Servidora” del Good Will International. En el año 2006 la Corte Suprema de Justicia le entregó un reconocimiento por haber sido la primera jueza de la República y la Universidad Santa Paula le concedió el título “Doctor Honoris Causa en Desarrollo Humano”.
Desde el 2007 su retrato está colocado en la Galería de la Mujer del Instituto Nacional de La Mujer (INAMU) y, en el año 2015 la Asociación Costarricense de la Judicatura bautizó con su nombre el galardón que se entrega anualmente al juez o jueza cuyo desempeño judicial se desarrolle con excelencia.
Semblanza
Señor Salvador Ramírez Ramírez
Fundador de la empresa Almacén Salvador Ramírez S.A.
Autora: Alejandra Ramírez
Don Salvador Ramírez es reconocido por ser un hombre humilde, visionario, trabajador, soñador, sencillo, innovador, valiente, entregado al prójimo, respetuoso, leal, inteligente, sincero, agradecido, carismático, perseverante, generoso, noble, amigable, luchador, responsable, optimista, con un corazón puro, un caballero de Dios, quien ha dedicado toda su vida a su familia, trabajadores y comunidad.
Como reconocimiento a su forma de vida y trabajo, compartimos un extracto de su trayectoria como comerciante, que le permitió establecer su negocio en Barrio México.
Don Salvador nació el 13 de abril de 1922, en Paraíso de Cartago. Como hijo de campesinos, su niñez se desarrolló muy cerca de las actividades propias del trabajo en el campo, de la vida en familia y de los valores que le inculcaron sus padres.
Gracias a las cualidades que tiene don Salvador, como hombre trabajador y emprendedor, a lo largo de los años encontró a muchas personas que siempre estuvieron anuentes a tenderle una mano.
A los 16 años, con mucha dificultad, sus padres le compraron una máquina para raspar hielo y una urna, para vender granizados y la repostería que hacía su mamá. Estos eran los inicios de Don Salvador en el comercio.
Posteriormente, su amigo Otto Madrigal, le dio crédito en su almacén, lo que le permitió abrir una pulpería en Paraíso de Cartago.
Para el año 1944, dejó a sus hermanas a cargo de la pulpería, visualizando una oportunidad de negocio. Se fue a comprar maíz, bananos y frijoles a las zonas de Guápiles, Jiménez, Guácimo, para vender en la provincia de San José.
En 1947, con su hermano, comenzó a transportar carga hasta Golfito, y entre ambos compraron un camión con el que transportaban granos y verduras, haciendo viajes a Cachí, San José y Puntarenas. Parte de las transacciones se hacían mediante trueque.
En uno de esos viajes, por el lado de Cachí, tuvieron un accidente, y el vehículo quedó totalmente destrozado. A pesar de quedar prácticamente sin nada, don Salvador y su hermano, con mucho esfuerzo, compraron otro camión, un GMC-630, color verde, que hoy representa el color insignia de la flotilla de camiones de Almacén Salvador Ramírez.
Poco a poco, fue consolidándose el negocio del transporte de mercadería, principalmente de granos, entre los que destacan maíz, frijoles y arroz. Gracias al trueque de productos en esa época, don Salvador consiguió una bodega en San José para almacenar las mercancías que recibía a cambio por el transporte. Con ello se diversificó el negocio, distribuyendo además cerveza, refrescos, azúcar, entre otros. Sus recorridos alcanzaban lugares como Golfito, Paso Canoas, Puerto Cortés y Palmar Norte.
Lamentablemente, tuvo un gran tropiezo que lo dejó sin nada, excepto la pulpería que atendía una de sus hermanas. Al igual que en otros momentos de dificultades, tuvo las fuerzas para iniciar de nuevo y pudo encontrar la ayuda necesaria para hacerlo. A partir de ese percance, el negocio comenzó a enfocarse más en el transporte y comercialización de granos, arroz y frijoles.
Ya por el año 1956, tenía varios camiones y adquirió una bodega para consolidar el negocio en San José. En setiembre de 1956, constituyó formalmente la empresa y siguió su crecimiento a través de los años, de la mano de sus hijos y nietos.
La empresa Almacén Salvador Ramírez, se ha mantenido hasta el día de hoy en Barrio México, gracias a la excelente relación y aprecio que se tiene con los vecinos y amigos.
Hoy a sus 100 años, don Salvador nos sigue inspirando a hacer lo más difícil, vivir sencillamente, con fe, sacando lo mejor de cada uno, sin temores, con mucho esfuerzo y dedicación; heredándonos su mejor consejo en una sola frase: “no afloje”.